Podían ocurrir varias cosas, estropearse todo y perder esa tercera posición final general por parejas que tanto nos había constado lograr, algo que matemáticamente era difícil, pero en las carreras también hay factores tanto mecánicos como físicos que te puede estropear una carrera e incluso hacer que te retires. Hacerlo tan bien que lográsemos acabar segundos de la general, algo más que difícil, ya que la pareja que actualmente va segunda a tan solo 11 puntos de nosotros (Skoda Titán Xtrem) van muy fuertes, sólo un fallo mecánico suyo, o alguna circunstancia que les hiciera no finalizar la prueba, sería lo que nos haría acabar por delante de ellos. Y por último y los más "facil" de conseguir acabar como nos encontramos actualmente, terceros de la general, pero ya se sabe, estas carreras son muy largas y pueden pasar muchísimas cosas.
Son las 05:40 de la mañana, paso a recoger a Vicente, aprovechamos el viaje, para ponernos al día de nuestras vida y hablar sobre lo que nos encontraremos tras el pistoletazo de salida.
Llegamos a Cedillo, vuelve el ritual de todas las carreras, recogida de dorsales, prepararse, saludar a otros bikers y colocarse en la línea de salida.
Como en todas las Titanes, la salida es estrictamente puntual, por lo que a las 08:00, se comienzan a dar las primeras pedaladas, de la que se convertirá en mi Titán más agónica.
Como bien dice la descripción del recorrido proporcionada por la organización, los primeros kilómetros son muy rápidos, salimos de Cedillo, pisteamos, y sin darnos cuenta volvemos a pasar por Cedillo.
Desde el principio, la pareja formada por Pedro Torres y Fernando Sanchez (Pareja Skoda Titán Xtrem, segundos de la general por parejas) se fueron en el grupo de cabeza, por lo que desde un principio, se me fue de la cabeza la ridícula idea de poder acabar por delante de ellos.
Rodamos en un buen grupo, en los que se encuentran bikers como, tres de los integrantes del equipo Skoda Titán Xtrem, Manuel Llano y Lopez Castro del Yellow Team y Ángel Morales. El grupo se iba estirando y volviendo a unir al paso por las diferentes zonas técnicas que ofrecía el recorrido a su paso por las cercanías del río Tajo, zonas preciosas, veredas ratoneras con mucho subi-baja, en las que la cercanía del río hacia que se rodara en tensión o concentración constante para no acabar sumergido en el.
Llegamos a una presa que sera el punto donde abandonaremos los caminos extremeños/españoles, para comenzar a rodar por territorio portugués. Antes de llegar a la citada presa, una pequeña bajada, con no mucho peligro, hace que me descuelgue del grupo, y por consiguiente Vicente se queda a la cola de este para esperarme. Logro conectar con Vicente, pero esos pequeños metros que nos separan del grupo cada vez son mayores, por lo que persistimos en intentar volver a conectar con el grupo, y preferimos seguir a nuestro ritmo.
Los kilómetros van pasando, Vicente no logra encontrar su golpe de pedal, no va cómodo, por lo que a ratos voy tirando de el y en otros momentos dejo que el ponga el ritmo.
Sobre el kilómetro 50 Vicente encuentra su chispa, y empezamos a rodar a nuestro ritmo, adelantamos a algún biker, que se descuelga del grupo en el que íbamos.
En torno al kilómetro 60 conectamos con el trío formado por Ángel Denche, Gonzalo Barriga y Pachio (Skoda Titán Xtrem), ya que este ultimó biker no se encontraba del todo en su mejor día. En las subidas y llanos los dejábamos atrás, pero en las bajadas volvían a unirse a nosotros, ya que, sobre todo, Gonzalo y Pachio, son muy buenos bajando.
Pero lo peor estaba por llegar, un dolor intenso volvía a recorrer mis piernas, una sensación de ardor, lo mismo que me sucedió una semana atrás en la Maratón de Risco, que me hizo abandonar la prueba. Le pedía a Vicente que bajara el ritmo, en intentaba consolarme diciendo, que esto era como lo que me pasaba la mayoría de la veces, que a mitad del recorrido me da un pequeño bajón y después voy mucho mejor que al principio. Pero esta vez no era así, yo lo sabía, y así se lo dije a mi fiel compañero, que tiro de mí, apoyó y animó esos últimos 50 kilómetros que se me hicieron interminables.
Por fin llegamos a meta, y termina mi agonía. Conseguimos lo que fuimos buscando, mantener esa tercera posición final, escapándose un posible tercer puesto en la prueba, acabando 4º.
Hubo quien me preguntó que si mereció la pena sufrir lo que sufrí, y yo respondo que sí, no podía tirar la toalla y dejar escapar lo que habíamos logrado, después de toda la mala suerte que nos había acompañado al principio de la temporada, no podía dejar tirado a mi compañero, eso hubiera sido lo fácil, bajarme de la bicicleta y montarme en el coche escoba, si tenía que sufrir esos últimos 50 o 60 kilómetros, pues tocaba sufrir, y si sabiendo lo que pase me dijeran de volver a hacerla sufriendo lo mismo, diría que sí.
No puedo terminar la crónica sin valorar este Tour de Ultramaratones, creado por Skoda Titán Xtrem.
Decir, que todas y cada una de las pruebas tiene una gran riqueza paisajista, por lo que no se puede comparar una con otra, ya que todas son preciosas, reconociendo lo afortunados que somos de tener lo que tenemos.
Río Tajo, Titán Tajo Internacional
Dureza de las pruebas, no podría decir cual es la más dura, ya que estamos hablando de ultramaratones, solo con el simple hecho de acabarlas ya se logra suficiente.
Para todas las pruebas se facilita un track, obligatorio para las ultras, ya que todas tendrán tramos no marcados en los que la navegación será esencial. Los tramos no navegables suelen estar marcados a la perfección, de todos modos la organización siempre cuenta con voluntarios colocados en cruces conflictivos o bajadas peligrosas, que guían y facilitan la seguridad del participante.
Animo, a todo aquel amante de la bicicleta de montaña que tras un riguroso entreno, se anime y participe en cualquiera de estas pruebas, donde uno se da cuenta hasta donde es capaz de llegar, donde encuentras y conoces a grandes personas.
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